sábado, 2 de octubre de 2010

Horacio y Amador II

Ser lector no da minas


H: Ay, Amador, vos siempre tirado en el sillón, leyendo a Baudelaire y creyendo que la forma del amor es cambiar miraditas en un subte. ¡Tenés que buscarte una minita, Amador!
A: Sí, puede ser.
H: Mirá, yo te la digo: no te comás esos cuentos, ¿o vos te creés que esos tipos miraban pasar a los carozos parisinos, sentían un amor profundísimo y al perderlas de vista bajaban la mirada para hundirla en la melancolía? ¡Pero no, Amador; no seas boludo! ¡Si ese Baudelaire lo primero que hacía era manotearles el poto!
A: Puede que tengas razón, Horacio.
H: Y te digo más, ¿sabés cómo se ganaban minas esos rufianes?
A: ¿Cómo?
H: Escribiendo libros para castrados como vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario